Ya sabemos que el trabajo de la policía es sumamente peligroso, estresante y, sobre todo mal pagado. Lo que aumenta el estrés.
En estos días , casi simultáneamente los medios de prensa han difundido, por un lado, la información de unos policías que, conduciendo ebrios, atropellaron a un par de personas. Y, por otro lado, un video clandestino en el que un grupo de muchachas del mismo cuerpo policial. ¿Qué hace estas chicas? En su hora descanso, en un ambiente cerrado e inviolable. Juguetean entre ellas, hablan de su sexualidad. Juegos que, de alguna manera, sirven de relajamiento frente al esfuerzo sostenido que tienen que hacer en las calles de la ciudad.
La intimidad debería ser inviolable. Sin embargo, algún o alguna émula de algún congresista tránsfuga registró todo eso en video y lo “colgó” en internet. Lo lamentable es que este hecho lúdico y sin ninguna trascendencia ha sido metido en el mismo saco que el de los irresponsables policías borrachosos que atropellaron a un par de personas. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?. Nada
La tía Meche , que quiere poner orden en la casa –ojalá pueda- ha dicho que las tombitas juguetonas serán sancionadas con dos meses de suspensión sin de goce de haber.
No, pues Meche. ¿Qué culpa tienen esas policías que un o una miserable “cuelge” en internet esos jugueteos gracioso. Por que sexys, no son, pornográficos menos. Y, sobre todo hechos en la intimidad. A quien deberían tratar de encontrar y castigar, sería a quien difundió ese video y sancionarlo , porque la violación de la privacidad si es un delito. Y si no lo es, debería serlo.
Los tombitas son víctimas y en el peor de los casos, sólo merecerían una llamada de atención. Y punto. A los borachosos , simplmente aplicarles el código penal.
lunes, 2 de marzo de 2009
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